
En Madrid, Blas descubrió su talento para
la escritura, pero a la hora de elegir una carrera universitaria, decidió, en
1931, por comenzar la licenciatura de Derecho,
estudios que no completó en Madrid debido a que la mala situación económica familiar lo obligó a regresar a Bilbao.
Debido a una inestabilidad emocional que
lo llevó a sufrir varias crisis
nerviosas. Blas de Otero halló refugio a sus problemas en la religión.
En ese marco, se convirtió en miembro de
la Federación Vizcaína de Estudiantes
Católicos y congregante de Los
Luises de San Estanislao de Kostka. Además, los poemas que publicó por esos
años reflejaban una clara influencia de la literatura
cristiana.
Tras terminar en 1935 la carrera de
Derecho en Zaragoza, el escritor comenzó a ganarse la vida como asesor jurídico sin descuidar su
actividad dentro del mundo literario.
En 1943, viajó a Madrid con el objetivo de
graduarse en Filosofía y Letras,
pero no resultó ser como él creía y, volvió a Bilbao.
“Cántico espiritual”, “Ángel fieramente
humano”, “Redoble de conciencia”, “Ancia”, “Pido la paz y la palabra”, “En
castellano” y “Esto no es un libro” son algunas de las obras que componen la
producción literaria de este español que falleció el 29 de junio de 1979 en
Madrid, víctima de una embolia pulmonar.
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